Al fin me di cuenta. Al amor no hay que forzarlo.
Esta semana a sido un alto y muchos bajos de mi estado de ánimo. Sonreí tantas veces cuando las lágrimas estuvieron a punto de derramarse. Y en otras lloré tanto como quise.
La historia siempre es la misma. ¿Cuando a mí? ¿Cuando es mi turno de disfrutar esa alegría que va de la mano con el amor?
En mi grupo de amigas todas tenían a alguien, una de ellas hace poco encontró a su Romeo y quiso presentarme a un amigo de él sólo para probar. Y no. No funcionó. Personalidades distintas, así que sólo amigos. Pero lo que duele más es querer tanto que funcione algo, pero quererlo tanto, y luego darte cuenta que no, que las cosas no pueden ser así. Pero ahí es cuando me rompo y en donde nadie puede darme un consejo porque nadie a estado en esa situación: ¿Cuando es mi turno, eh? ¿Cuando podré yo andar con esa sonrisa de oreja a oreja porque alguien piensa en mí? ¿Cuando seré yo la que cuente sus historias de amor? ¿Cuando yo? Todo suena tan egocéntrico, pero quiero pensar en mí. Y esto duele. Duele escuchar a tus amigas hablar de que su novio le dijo esto, que él le regaló esto, que este mandó un mensaje, y que nadie se de cuenta que eso me duele a mí, que nadie llega conocerme tan bien para decirme: sé que te pasa algo, sé que te sientes mal, pero estoy aquí para cualquier cosa. Nadie lo nota. O mis aptitudes para la mentira y la sonrisa falsa cada vez están más avanzadas. Nadie nota que estoy al borde de las lágrimas, que si ves que no participo en la conversación es porque no tengo ninguna de esas situación que compartir, y no es que no escuche, es que intento tragarme el nudo de la garganta, trato de pensar positiva, de que ya me tocará a mí, pero no se puede. No puedo.
La pena pasa y muchas veces siento que es estúpido, ¿De verdad lloré por eso?, y me río, me río de mi actitud tan estúpida porque sé que ya me pasará a mí, pero también sé que muy pronto volveré a pensar en lo mismo, volveré a llorar y a preguntarme cuando es mi momento de vivir el amor.
Cuanto tiempo tardará ¿O no es para todos?
¿Por qué de mí se esconderá? ¿Dónde está?